Elon Musk,
el visionario creador de los vehículos eléctricos Tesla y de la compañía
espacial SpaceX, está detrás del Hyperloop, un revolucionario sistema de
transportes que no es un coche ni un tren ni un avión y que, sin embargo, tiene
elementos propios de los tres.
El invento
consiste en un tubo de metal presurizado que alojaría cápsulas impulsadas
magnéticamente y con capacidad para albergar a 28 pasajeros. Enlazaría las
ciudades de Nueva York y Washington. Recorrer en tren convencional los 370
kilómetros que separan ambas urbes cuesta casi tres horas, pero con el nuevo
modelo de transporte, que alcanza velocidades subsónicas, apenas se invertirían
29 minutos.
Detrás del
fantasioso Hyperloop se esconde un problema que trae de cabeza a los alcaldes
de las grandes ciudades de todo el mundo: el tráfico infernal.
Camila
Bevacqua Y Martina Baez.
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