Fecha: 13/07/17
LOS PRIMEROS EN PERDER SU EMPLEO
POR LA ROBÓTICA HAN SIDO LOS ASTRONAUTAS.
Los
primeros humanos en sufrir la competencia de los autómatas son los astronautas.
El primer robot espacial se envió a la Luna hace justo 50 años, en la misión
norteamericana Surveyor 3, y se dedicó a tomar muestras de nuestro satélite.
Desde entonces, los robots espaciales han crecido en autonomía e importancia
hasta hacer innecesarias en muchos casos las costosas y arriesgadas misiones
tripuladas. En realidad, la mayor parte de lo que sabemos sobre la Luna y
Marte es el resultado de la exploración por robots.
Una crítica extendida contra la ciencia espacial sostiene que deberíamos
ocuparnos antes de los problemas de la Tierra, y en particular de los que
afligen a sus habitantes humanos, que de embarcarnos en misiones de alta
tecnología para obtener un conocimiento inútil sobre nuestro arrabal del
cosmos. Los asombrosos avances de estas tecnologías en los últimos años son de
aplicación directa a los problemas terrícolas más variopintos.
Por ejemplo, los robots diseñados inicialmente para la exploración
planetaria serán de extrema utilidad cada vez que haya que cerrar una central
nuclear, limpiar sus residuos y demolerla, y esto va a ocurrir muchas veces en
los próximos años, empezando por Francia. Otro ejemplo son los robots cirujanos
y la inteligencia artificial aplicada al diagnóstico y la terapia, que también
se están beneficiando de los avances en robótica espacial.
Los ingenieros Yang Gao y Steve Chien citan más aplicaciones en una
exhaustiva revisión para Science Robotics. Una es la minería de profundidad,
donde los robots serán cruciales para la exploración, la excavación, la
inspección y el mantenimiento; esto no solo ahorrará vidas humanas, sino que
mejorará mucho la eficiencia del proceso. Otra actividad industrial de
creciente importancia es la exploración del fondo oceánico, de donde se extrae
una cantidad creciente de gas natural y recursos minerales. Y también la
inspección y el mantenimiento de las redes de distribución de agua y la ayuda
para la agricultura.
Matías Gutiérrez.
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