La novela llamada “El
Principito” fue realizada por el escritor y aviador Antoine de Saint-Exupéry, con ilustraciones a cargo del autor. Consta de
27 capítulos y la editorial es Emecé. Es uno de los clásicos a nivel mundial,
ya que fue editada en más de 250 idiomas y dialectos. El título original es “Le
Petit Prince” y hay más de 2.500.000 copias en el mundo.
La historia trata de
un chico de unos diez años que volcaba toda su imaginación en sus dibujos,
pero, al mostrárselos a los adultos, éstos no los entendían y lo desanimaban a
seguir este sueño. Cansado de que nadie lo entienda, creó un avión de madera y
emprendió vuelo, pero en un momento el avión tuvo un problema y se estrelló en
el Desierto de Sahara.
Durante varios días
intentó reparar su avión. Agotado,
decidió descansar, pero lo despertó la vocecita de un extraño hombrecito que le pide que le
dibuje un cordero. Fue en ese momento, en que el niño conoció al principito.
Éste le contó su vida, lo pequeño que
era su planeta y cómo había llegado allí. Y le habló mucho de su rosa, a la que
cuidaba más que a nada. Fue entonces, cuando el niño le mostró sus dibujos y,
por primera vez, alguien los entendió. Se hicieron amigos y compartieron muchas
charlas, pero, luego de varios días, el principito cae en la arena, tras un
relámpago amarillo, sin hacer el menor ruido y desaparece, ante los ojos del
niño.
Aunque se me hizo
difícil entenderla, esta historia me gustó mucho porque deja buenos mensajes y
trata temas universales como el amor, la amistad y la seriedad de los adultos,
que, al crecer olvidan que fueron niños con imaginación. Esta frase me gustó y
es la que más recuerdo: “Me creía rico con una flor única y no poseo más que
una ordinaria rosa”.
Facundo Carugno