Al llegar a 7° Grado, cada grupo de nuevos tripulantes, va trazando su ruta y convierte su viaje en algo único, propio, diferente e irrepetible.
Cargan su equipaje con sus ilusiones, vivencias y emociones, con marchas y contramarchas, con acuerdos y desacuerdos… que le dan el sentido a su trayecto y le imprimen el sello de identidad, con el que la nave llega a destino.
Empuñan su timón entrelazando entre sus manos a LOS VALORES, para emprender la aventura de la unidad, seguros de que una soga de tres hilos, es más difícil de romper que la que contiene uno solo. Y son ellos, LOS VALORES, los que les permiten enfrentar las vicisitudes de las olas o defenderse de los vientos de la mar y, son ellos, LOS VALORES, los que les permiten ver, desde lo alto, más allá del horizonte.
Se iluminan con la luz de la ESPERANZA, que los abraza al ideal hacia el que marchan, y los hace capaces de reconocer sus caídas y retomar elcamino cada vez que se torna necesario, mirando siempre hacia delante, concibiendo a la vida como una conquista, navegando hacia el futuro.
Hoy, los navegantes 2012, desanclaron su nave, para disfrutar del nuevo desafío en la alegría del encuentro.