Video: Damián Kohan y Santiago Calabrese.
En la estación ferroviaria Rosario Norte, nos
encontramos con una construcción del año 1885, nos sentimos muy impresionados
con la imagen que preserva en sí. Después, empezamos a conocer un poco el lugar
donde nos encontrábamos; inspeccionamos el espacio y sacamos algunas
fotografías de la estación.
Un
gran significado
Este patrimonio ferroviario de la ciudad se sitúa en la
calle Aristóbulo del Valle a la altura del 2.750 en el barrio Pichincha. Su
fachada conserva la originalidad con respecto al año de su inauguración. Columnas
de hierro sostienen firmemente el gigante tejado que cubre el pasar de los trenes.
En épocas de antaño, un edificio
entero funcionaba como terminal del ferrocarril que circulaba desde Buenos Aires
hasta Rosario. En 1.885 fue uno de los momentos más esplendorosos, ya que se
inauguró al público y se estaba por dar el segundo
paso. En 1.908, ya siendo la primera vía ferroviaria en unir Rosario y Buenos
Aires y alcanzando destinos como San Miguel de Tucumán, se enlazó con la
compañía “Ferrocarril Buenos Aires”. De esta manera, su éxito fue
transcendiendo, dando origen a viajes más distantes a ciudades reconocidas y vehículos
más avanzados para realizar esas travesías.
Durante la década del 1930 y la del 1940, la estación
Rosario Norte había superado los límites de la popularidad; el conjunto de
trenes y ferrocarriles llevaban trescientos veintiséis mil pasajeros anuales y
por lo menos ochocientos elegían sus destinos allí, cada día.
En oposición, en
1977 atravesó una de las peores situaciones al igual que todas las estaciones
rosarinas, teniendo que cancelar los
servicios de trenes a distintas provincias argentinas.
Inesperadamente, en octubre de 1997,
se reinauguró la actividad de la estación, debido a que Tucumán había brindado
un servicio y se lo habría propuesto al departamento
Rosario.
Los trabajadores de la organización no se habrían sentido
muy felices cuando una parte del
edificio se destinó a la municipalidad de Rosario con el fin de instalar la
Secretaría de Cultura y Educación.
Hoy en día la estación dispone de menor espacio. Al
caminar y mirar detenidamente el terreno, observamos que en un marco de madera
se encuentra un reconocimiento a Julio Pérez Sanz, un hombre que en 1999 valoró
el esfuerzo de Carlos Cassiniero como inversor para conservar este símbolo
popular.
Finalizando el recorrido, visualizamos un cartel que dice
“Rosario Norte”. Al entrar a una de las oficinas, vemos una fotografía de un
modelo de tren: Ferro Central número 9095, pintado de tonos verdosos y rojizos.
En la actualidad funcionan dos servicios trenes: uno con
destino a Tucumán y otro a Córdoba.
Damián Kohan y Santiago Calabrese