lunes, 18 de noviembre de 2013
miércoles, 13 de noviembre de 2013
ACTIVIDAD DE TEA
Un
empresario es aquella persona que es capaz de arriesgar algo (esfuerzo, tiempo
y recursos), asumiendo riesgos y tomando decisiones rápidas para poner en
marcha un negocio o empresa a cambio de un beneficio.
La
historia de Chris Gardner nos ofreció la posibilidad de visualizar las
características que debe reunir un empresario para conseguir que su idea de
frutos, sobrepasando ciertos obstáculos y lograr convertirse finalmente en un
empresario exitoso.
FICHA
TÉCNICA
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PELÍCULA:
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En busca de la
felicidad.
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GÉNERO:
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Drama, Biográfico
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AÑO:
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2006
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DURACIÓN:
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117 minutos
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REPARTO:
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Will Smith
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Chris Gardner
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Jaded Smith
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Christofer
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Thandie Newton
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Linda
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PAIS:
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Estados Unidos
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DIRECTOR:
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Gabriele Mucciono
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PRODUCTORA:
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Columbia Pictures
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SINOPSIS:
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Se trata de un hombre
llamado Chris Gardner, que a pesar de
tener serios problemas económicos, lucha por darle una buena vida a su familia,
su hijo Chistopher, debido a que su esposa no logra superar la presión económica
y los abandona. Chris es un vendedor brillante y con talento, pero su empleo no
le permite cubrir sus necesidades básicas. Tanto es así que es echado de su
departamento por falta de pago, y junto con su hijo no tienen ningún lugar
donde ir. Logra conseguir realizar unas prácticas, sin paga, en una prestigiosa
corredora de bolsa, los dos
protagonistas tendrán que afrontar muchas adversidades para hacer realidad su
sueño de una vida mejor.
OPINIONES
“A mí me encantó la peli, pero al saber que estaba basada en una historia real me dio mucha tristeza.”
TAIS CRUDO
“Me gustó mucho porque aprendí muchas cosas como que nunca tenés que rendirte si querés conseguir algo. Además demuestra la importancia de los valores. Te enseña que hay que valorar lo que uno tiene”
LUCIO BOLATTI
LUCIO BOLATTI
“Siempre que veo esta película pienso que tenemos que agradecer lo que tenemos y no sufrir por lo que nos falta. La mayoría de las personas se quejan porque no tienen el mejor celular, la mejor casa, el mejor auto… y no se ponen a pensar que hay gente que no tiene ni para comer.”
ABI RAFUL
“Estuvo buena. Nos dimos cuenta en clase que la mayoría de los empresarios arrancan siendo pobres. También vimos que hay que esforzarse siempre para lograr algo o para corregir algo. Garden siempre pensó en positivo, nunca pensó que iba a ser toda la vida pobre, él pensó en positivo y así salieron las cosas”.
AUGUSTO QUACQUARINI
“Si bien la película es triste, es muy hermosa, me gustó mucho porque es muy especial y linda, y te enseña que con valor, coraje y amor todo es posible.”
CAMILA WISSLER
“En la parte económica es que de un hombre que tenía nada se volvió un empresario muy reconocido que brindó un servicio a la comunidad con un fin determinado. Y en la parte de los valores, es una película que te deja una enseñanza muy importante que aunque estés en la ruina, sin nada, sin nadie con quien hablar, sin dinero, te podés levantar y seguir adelante.
MARTIN GALLICHIO
“Es una película muy linda porque se ve el esfuerzo del protagonista para darle alegría a su hijo arriesga todo.”
INAKI DIAZ
“Esta película es para reflexionar acerca de lo que uno tiene. Además te deja un mensaje valioso: si tenés un sueño, debes perseguirlo, hacé todo lo posible para que se haga realidad y nunca dejes que alguien te diga que no podés hacer algo.”
VIRGINIA DIP
“Me pareció linda la película porque demuestra que si quieres algo tenés que trabajar, y con esfuerzo se logra.”
CONSTAZA ROURA
viernes, 1 de noviembre de 2013
TRES HÉROES INESPERADOS
Mi cuento:
Mi nombre es Sofi Dietrich, tengo 12
años. En el mes de septiembre estábamos
hablando en una clase de Formación Ética sobre la pertenencia que tiene cada
uno. Entonces les conté que hace un año
yo había escrito un cuento muy largo y, que al mostrárselo a mis compañeros,
les gustó mucho; pero lo había perdido y me puse muy triste por eso. La seño me
recomendó que junto con mis compañeros tratemos de reescribir el cuento, ya que
ellos se lo acordaban bastante. Al final no pudimos hacerlo porque encontré mi cuento
guardado en un pen drive, pero aún así me dejaron publicarlo en El Galeón.
En
tiempos remotos, una guerra acabó con todo el mundo; los árboles se quemaron,
las casas se destruyeron y la mayoría de los habitantes murieron. Fue la guerra
más larga que ha habido en este planeta; duró doscientos cincuenta años y los
generales que venían de otros países se llevaban a las personas para
interrogarlas sobre los escondites secretos que los combatientes de ese país
tenían. Gracias a todo esto, la gente pasaba casi todo el día dentro de su
casa, ya que sabían que los asesinarían si se rehusaban a contestarles. La
batalla había sido causada por Ares, el Dios de la guerra.
Una semana después de finalizada la guerra,
en un callejón oscuro, vivían dos hermanos, Emma y Peter. Eran gemelos, tenían
once años y sus padres habían muerto un año antes de que la guerra finalizara.
Estaban
solos y les resultaba difícil conseguir comida.
Emma era una chica morocha, con el pelo
alborotado, sus ojos eran azules y sus dientes estaban un poco torcidos.
Además, tenía un rostro bonito, con algunas pecas en las mejillas. Su hermano
Peter tenía el pelo completamente negro y sus ojos eran azules como los de su
hermana.
Un día vieron pasar a alguien por delante
del callejón donde vivían. Asustados, se escondieron entre las sombras que
producían las paredes del callejón, pero eso no evitó que ese alguien entrara.
-¿Quién está ahí?- preguntó, con tono
asustado y con una voz de niño.
Los chicos se asomaron un poco y el niño se
calmó. Cuando salieron por completo de la sombra, notaron que tenía más o menos
su edad.
-¿Quién eres?- le preguntó Emma.
-Fred- contestó el chico como si se
conocieran de toda la vida. Él era pelirrojo y sus ojos eran castaños. Por su
apariencia, parecía que no se había bañado en varias semanas, aunque la verdad,
Emma y Peter no presentaban un mejor aspecto. – Tengo trece años. ¿Cuáles son
sus nombres?-
-Yo soy Peter y ella es Emma-.
-Veo que están solos. ¿Ustedes también
perdieron a sus padres en la guerra?-
-Bueno, en realidad ése no es un tema del
que nos guste mucho...- empezó Emma
-Sí- la cortó Peter.
-Pueden venir conmigo- lo dijo de un tono
que hizo dudar a los chicos. –Deberían saber algo.-
Peter
apartó a Emma un momento y le dijo:
-Creo que si vamos con él estaremos más
seguros.- su hermana asintió, dándole a entender que le parecía bien- ¿Qué
quieres contarnos?-
Fred
los llevó a un lugar muy apartado del que estaban antes.
-Escuchen, no somos los únicos en esta
situación, ahora, la mayoría de los chicos viven sin sus padres, pero creo que
ellos no están muertos ni perdidos.- Emma abrió muy grande los ojos.- He visto
a un par de militares cuidar la puerta de un edificio- señaló con el dedo una
estructura a lo lejos, casi imposible de distinguir a causa de la niebla.-,
mientras otro de ellos metía a un hombre por ella. Estoy seguro de que era el
papá de mi amigo Francis, y apuesto a que ahí mismo están los otros.-iba a continuar
hablando, cuando Emma lo interrumpió.
-¡Es cierto!-gritó- recuerdo haber leído en
un libro que el Dios de la guerra, es decir, Ares, interrogaba a los héroes
sobre escondites secretos o cosas así. Peter, ése edificio es el que visitó la
tía de mamá, nos mostró las fotos, es idéntico, y en el libro había una imagen
del lugar que utilizaba Ares para encarcelarlos y creo que es el mismo. Según
el libro, Ares jamás consiguió que le dijeran nada, creo que podría estar
buscando venganza, y hacerlo con nuestros padres.-
- También leí que los Dioses son inmortales,
lo cual hace que los hombres y mujeres atrapados no pudieran matarlo y
escapar.-hizo una pausa. En su rostro apareció una mueca de horror.-Ay no-
-¿Qué?- preguntó preocupado Peter.
-La razón por la que nunca consiguió la
información es porque los torturaba hasta que enloquecieran. Si llega a
hacerles eso a nuestros padres, no los recuperaremos nuca.- La poca esperanza
que tenían ella y su hermano se desvaneció de inmediato.
-Podríamos ir a buscarlos.-sugirió Fred.
-No lo creo-respondió Emma-Según el libro
Ares tenía todo tipo de trampas para todo el que no fuera ninguno de sus
secuaces o sus esclavos-
Peter dio un suspiro y luego se dirigió
hacia la chica con tono cortante:
-Está bien, iremos Fred y yo, tú quédate
aquí y espera a que volvamos... si es que lo hacemos.-La joven tenía lágrimas
en los ojos.
-Emm... bueno... creo que me voy, ya saben,
a prepararme.-interrumpió Fred.
-Está bien-contestó Peter-.Ven a buscarme al
callejón cuando estés listo.-
-Está bien. Adiós Peter. Adiós Emma-saludó,
y se fue rápidamente hacia otro lado.
Peter
y Emma volvían al callejón. Emma seguía con lágrimas en los ojos.
-Yo también iré-inquirió la chica.
-No lo hagas si no quieres.-
-Sí quiero.-Peter sonrió.
Siguieron
caminando.
-Creo que Fred estaba algo nervioso cuando
se fue.-dijo Emma.
-Si, tal vez sea porque quiere recuperar a
sus padres.-propuso Peter.-
-Como nosotros.-Emma asintió con la cabeza.
Cuando llegaron al callejón se sentaron en
el suelo y no se dirigieron la palabra hasta que apareció Fred.
-Hola chicos-Fred traía una bolsa negra en
la mano.
-Hola-saludó Peter.
-¿Qué tienes ahí Fred?-preguntó Emma con
curiosidad.
-Herramientas-respondió. Vació la bolsa y
tiró al piso un montón de artefactos.-Se me ocurrió cuando dijiste que había
trampas peligrosas; creí que podrían ser útiles.-
-Qué gran idea.-
-Fred, espero que por lo menos hayas usado
una vez estas cosas.-le dijo Peter.
-Bueno, la verdad es que jamás pude
utilizarlas, eran de mi padre.-
-¿Y cómo vamos a hacer para usarlas si no
sabemos cómo?-
-Eso no importa, será mejor que las
lleve.-interrumpió Emma.
-Está bien.-dijo Peter.-Vamos.-
Emma
se levantó y se dirigió hacia Fred:
-Le dije a Peter que yo también iría-
-Excelente. Entonces seremos nosotros
tres...-Fred estaba muy entusiasmado.-Bueno, ¡a salvar a nuestros padres!-
Doblaron la esquina y se dirigieron hacia el
edificio. Ahora que ya no había más neblina, se podía divisar bien. Era muy
alto, todo gris, sin ventanas, y la única puerta visible era la que les había
mostrado Fred.
Cuando llegaron, Emma trató de abrirla pero
estaba cerrada. Ella y Peter buscaron otro lugar por el cual entrar, pero no
había nada.
-Genial, acabamos de venir y ya tenemos que
irnos. Bueno, ha sido un viaje hermoso.-Peter ya había dado la vuelta para
irse, cuando Fred exclamó:
-Un momento, creo que tengo algo que podría
servirnos.-sacó de la bolsa un alambre puntiagudo. Le dobló un poco la punta y
lo metió en la cerradura de la puerta.
-Es un truco muy antiguo-les explicó Fred-,
sólo lo metes, lo giras un poco y... ¡Listo!-en tan sólo unos segundos, había
logrado abrir la pesada puerta.
-¿Están listos?-preguntó Peter. Fred asintió
con la cabeza, pero Emma estaba helada; Peter entendía por qué, sabía que a su
hermana no le gustaban mucho ese tipo de lugares.-Emma cámbiale de lugar a Fred
y agárrate de mi mano si quieres.-Fred y Emma se cambiaron y ella rápidamente
lo agarró de la mano. Ahora estaban Fred a la derecha, Emma a la izquierda y
Peter en el medio.
-¿Estás lista?-le preguntó Peter.
-Sí.-respondió Emma tímidamente.
-Pues vamos-
-Espera-dijo Fred. Sacó una linterna de la
bolsa.-Ahora sí, vamos.-
Se adentraron en el lugar, la única luz que
los iluminaba era la linterna de Fred. De vez en cuando, Emma apretaba más
fuerte la mano de Peter.
Caminaron un rato, hasta que encontraron otra
puerta, sólo que ésta vez no estaba cerrada. Entraron con un poco de dificultad
porque era pequeña y tenían que ponerse de costado para poder pasar.
Una vez que los tres entraron, cerraron la
puerta y se fijaron en lo que tenían adelante. Era un tablero con tan sólo
cinco botones rojos alineados y al lado había una nota. Emma la agarró y leyó
en voz alta:
“Acertijo de Ares, Dios de la guerra.
Éste
acertijo debes adivinar, si tu querido cuerpo quieres salvar; algunas pistas te
vamos a dar, pero un tonto como tú no tiene posibilidad. Uno de estos botones
tienes que apretar, para que la puerta se abra y puedas continuar; pierde éste
juego tocando otro botón, y las paredes se cerrarán.
Éstas
son tus pistas:
·
2 + 3. El número del botón es
el resultado de la suma, no aprietes ése para que tu vida no se consuma.
·
(98 x 9): __________ = 294. El
divisor de ésta cuenta debes adivinar y el resultado será el número del botón
que no debes tocar.
·
(1158: 2) x (99 x 3) = X. El
número que te dé la X
dividido por sí mismo, te dirá el número del botón que de seguro te enviará al
abismo.
·
8 – 2 – 4 – x – 8 – 4 – 4 – 8 –
7 – 3 – 1 – 1 – 9 – 6 - : - =. Estos dígitos y símbolos en el orden correcto
debes colocar, para saber luego qué botón no debes apretar y ganar.
Has
terminado de leer ésta nota, comienza a usar tu cabeza que sólo tienes una
hora.”
Emma dejó la nota en donde estaba y les dijo
a los chicos:
-Creo que yo tengo que resolverlo.-al ver
sus caras se apresuró a decir:-No estoy diciendo que ustedes no puedan hacerlo,
claro, pero creo que he resuelto varios de estos en la computadora que teníamos
en la sala de juegos y también tengo buenas notas en Matemática.-
Emma se dio vuelta y empezó a resolver las
cuentas. En sólo cuarenta minutos, había logrado los tres cálculos primeros,
pero sólo le quedaban veinte minutos y se le estaba complicando el último.
Peter y Fred trataron de ayudarla, pero lo entendían mucho menos que ella y la
confundían más de lo que estaba, así que decidieron no intervenir.
Sólo quedaban cuatro minutos y Emma no había
hecho ni la mitad de la cuenta.
-Emma-le dijo Peter-, no quiero molestarte
pero sólo te quedan cuatro minutos.-
-Si no quieres molestarme cállate
Peter.-parecía molesta, nunca había perdido en su juego de la computadora
‘Acertijos para jugar, resolver y divertirse pensando’. Pero el tiempo pasaba y
ahora sólo le quedaban dos minutos.
-Emm... Emma, sólo te quedan dos
minutos...-le advirtió Peter.
-No puede ser ¿Dos minutos? Escuchen, voy a
tener que apretar un botón al azar.-
-¡No!-gritaron los dos. Emma era muy buena
con los acertijos pero nunca le salían bien las cosas adivinando. Se dio
vuelta, enojada, y siguió resolviendo. Fred calculaba el tiempo que les quedaba
con la mente. Dos minutos... Un minuto... Treinta segundos... Al parecer Emma
también estaba calculando el tiempo, porque en un momento exclamó:
-¡Sólo nos quedan veinte segundos! Tendré
que apretar el que me parezca...-
De pronto exclamo:
-¡El segundo! ¡El correcto es el segundo!-se
dio vuelta rápidamente y en los cinco segundos que le quedaban apretó el botón.
Se escuchó un estruendo horrible y una puerta que tenían al lado se abrió.
Fred, Peter y Emma entraron felices, sin poder creer la suerte que tenían, pero
su entusiasmo no duró mucho, después de ver su segunda prueba.
Se quedaron completamente mudos, se
imaginaban cualquier cosa, cualquiera, menos eso.
-Fred-
-¿Sí, Peter?-
-¿Por casualidad no tienes en tu bolsa una
espada que podamos usar para matar al dragón?-
-No-
-Okey, entonces estamos muertos.-
El dragón se levantó, era verde, con escamas,
y por alguna razón estaba muy enojado. Empezó a largar fuego con la nariz y los
chicos se corrieron para que no los quemara.
-¡Fred, dame algo filoso!- gritó Peter.
-Ten.-le tiró un cuchillo. Peter rodeó al
dragón y trató de clavárselo en el estómago, pero éste se agachó para
aplastarlo y Peter tuvo que correrse.
Desgraciadamente, en ése mismo momento, el
dragón se lanzó hacia Emma y la dejó encerrada en un rincón mientras le echaba
fuego y gruñía.
-¡Cuidado Emma!-le gritó Fred, pero Emma no
tenía escapatoria.
Más asustado que nunca, Peter rogó que Emma
encontrara una salida rápido. Pero en ese mismo instante en que lo pensaba
escuchó un fuerte grito de su hermana, por lo que el chico corrió, dio un gran
salto y se colgó en la espalda del monstruo. Aprovechó que los brazos de la
bestia eran demasiado cortos como para que lo atrapara, y le clavó el cuchillo
en el cuello. El monstruo gimió y se desplomó justo en el lugar donde estaba
Emma. Los gritos de la chica cesaron.
-¡¡¡EMMA!!!-Peter se ponía cada vez más
inquieto.-Fred ayúdame a correr al dragón-Fred fue y juntos lo hicieron rodar
para otro lado. Emma estaba tirada en el piso, dolorida.
-Emma, ¿estás bien?-No contestó.-Te ayudaré
a levantarte.-con la ayuda de su hermano, Emma se paró.
-Gracias Peter.-le dio un abrazo a su
hermano, mientras le susurraba al oído:
-Eres el mejor hermano del mundo.-
En ese instante, una abertura se abrió en la
pared, y los tres amigos pasaron por ella.
Se encontraban en una sala oscura, tan sólo
iluminada por algunos candelabros que colgaban de las paredes. Miraron a su
alrededor y no tardaron en comprender lo que pasaba: Sus padres, vecinos y
desconocidos estaban atrapados en unas celdas con barrotes de acero.
Emma corrió hacia una de ellas, al divisar
que allí se encontraba su madre.
-¡Mamá!- gritó.
Al llegar junto a ella, pasó la mano entre
los barrotes y su madre la sujetó, feliz de ver a su hija. Pero a la vez estaba
asustada, ya sabía lo que podría pasarles a esos tres niños si se quedaban
allí.
-Emma, Peter, deben irse. Váyanse, antes de
que los encuentre.-
-¿Antes de que nos encuentre quién?- preguntó
Peter.
-Sólo lárguense y estarán seguros-
-Mamá, hemos venido aquí para salvarlos, no
nos iremos- aseguró la chica, a quien ver a su madre encarcelada había hecho
que tomara coraje para seguir.
-Lo sé, han sido muy valientes, pero no es
seguro que…- no pudo terminar la frase, ya que una figura se apareció en el
centro del lugar.
Los chicos retrocedieron cautelosamente,
asustados por la aparición. Y la extraña figura habló, con una voz fuerte,
estridente y temerosa:
-Vaya, vaya. Aquí están nuestros héroes. Me
conmueve tanto su valentía, que me dan ganas de llorar.- Su voz sonaba burlona
y su risa, aún peor. Era una risa que te erizaba los cabellos de la nuca, te
daba un escalofrío que te recorría por todo el cuerpo.
-Pero qué maleducado que soy, no me he
presentado. Mi nombre es Ares, el Dios de la guerra.-
-¡Libera a todos!- ordenó Fred.
-No lo creo, muchacho. Ellos me dan la
información que deseo, no puedo privarme de eso-
De repente, una pared se derrumbó y entraron
en la sala tres dioses más: el dios del clima, el de las cosechas y el dios del
mar.
El más grande de todos, el dios del clima,
se dirigió a Ares:
-Lamento comunicarte Ares, que como dice tu
nombre eres el dios de la guerra, por lo tanto, ya que la guerra ha terminado,
debes retirarte y dejar que nosotros gobernemos en el mundo.-
-No me iré sólo porque tú me lo digas-
reprochó Ares.
Pero por más de que él no tenía ninguna
intensión de marcarse, un gran torbellino se lo llevó arrastrándolo hacia su
único lugar: el Inframundo.
Todas las personas comenzaron a festejar que
el dios por fin se marchaba, pero los otros tres dioses los miraban
enfadados:
-Ustedes han destrozado el mundo que
habíamos creado- comenzó el dios del mar. –No pensábamos darles más oportunidad
de reconstruirlo.-
-Pero
deben agradecer- siguió el dios de las cosechas. -, que estos tres niños que
han venido a rescatarlos nos han demostrado que aún quedan algunos héroes en la
Tierra.-
-Por lo cual- finalizó el dios del clima.-,
les daremos otra oportunidad. El dios del mar se encargará de que haya agua y
peces suficientes para alimentarlos a todos. El dios de la cosecha se encargará
de que todos los pastizales estén adecuados para cosechar. Y yo, dios del
clima, moderaré las lluvias para que no se arruine el pasto con la sequía.-
La gente empezó a aplaudir a los chicos,
agradeciéndoles lo que habían hecho por ellos.
Los dioses se ocuparon de sacar a todos y
cada uno de las celdas y, a medida que iban saliendo, saludaban y estrechaban
las manos de los chicos.
Fred,
Emma y Peter se reencontraron con sus padres y en ese momento, en ese preciso
instante en el que los dioses habían hecho su anuncio de darle a la humanidad
una segunda oportunidad, admirados por la valentía de ellos tres, se habían
convertido en los grandes héroes que salvaron el mundo.
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