Uno
de los instrumentos astronómicos más antiguos, más sencillos y más útiles es el
gnomon. Los alumnos construyeron cada uno el propio. Para construirlo
necesitaron un tablero de madera o una plancha de telgopor de 80 cm X 40 cm.
Pegaron sobre él una cartulina blanca y fijaron un clavo o una varilla, de unos
15 cm de altura, asegurándose de que quede vertical. Luego en el patio de la
escuela situaron el gnomon en donde el Sol podía iluminarlo. Durante el
transcurso de la mañana pudieron observar la sombra que producía el clavo sobre
el telgopor, no sólo cambia la dirección de la sombra sino también su longitud.
Al mediodía, es el momento en que la sombra es más corta. A esa hora la sombra
señalará hacia el Sur. De esta manera marcaron la rosa de los vientos y pudieron
demostrar que el gnomon era un reloj solar.