jueves, 7 de julio de 2011

7 de julio - Día Mundial de la Conservación del Suelo


  El 7 de Julio se celebra el Día de la Conservación del Suelo, en conmemoración del fallecimiento del conservacionista Hugh Hammond Bennet, un reconocido hombre de ciencia dedicado a lograr un creciente aumento de la producción de la tierra a través de su mayor protección. 
  Nuestro país adhiere a este homenaje desde el año 1963.

Ciro De Bonis  y Joaquín Alfaro


Importancia  del suelo:
 
Los suelos permiten que las formaciones vegetales naturales y los cultivos se fijen con sus raíces y así busquen los nutrientes y la humedad que requieren para vivir.
  El hombre obtiene del suelo no sólo la mayor parte de los alimentos, sino también fibras, maderas y otras materias primas.
  También los suelos son de importancia vital para los animales, muchos de éstos  obtienen su alimento única y exclusivamente de los suelos.
  Además, sirven,  por la abundancia de vegetación, para suavizar el clima y favorecer la existencia de corrientes de agua.
Julieta Santopietro

Peligros del suelo:
Los peligros que afectan al suelo son: erosión, desertización, sequía, herbicidas, incendios forestales, plaguicidas.
Sebastian Valdecasa

  La erosión es uno de los principales problemas que alteran la utilidad de los suelos. Cuando éstos quedan desnudos de su cubierta vegetal protectora, son destruidos rápidamente por la acción del agua, el calor y el viento. Su capa útil fértil es lavada.
La pérdida de la fertilidad o empobrecimiento de los suelos, casi siempre es producido por el abuso del cultivo o pastoreo en ellos. Es importante recordar que los suelos necesitan también del abono y del control de cultivos, además de la rotación de estos, para mantenerse en condiciones apropiadas para seguir produciendo.

Lucas Buono

  Si aumenta la degradación de las tierras, se deteriora  la calidad de vida de sus habitantes. Evitar la desertificación es un proceso lento, en la cual deben intervenir soluciones técnicas y programas gubernamentales que intenten prevenir y revertir este flagelo. 


Ignacio Laborde